GANADERÍA

FORRAJES

Han tenido un buen año los productores de alfalfa del oasis Sur de Mendoza

29 de mayo de 2023

Los rindes fueron aceptables, porque el manejo del agua compensó la escasez del recurso y los precios del pasto se mantuvieron firmes por la seca generalizada.

EN SAN RAFAEL cerraron el año con un promedio general de entre 10.000 y 12.000 kg de materia seca por hectárea. Esto, en 5 cortes (algunos habrían logrado 6), en parcelas de alfalfa -bajo riego- de 2 ó 3 años de implantada. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.


Acertados criterios en la distribución del agua en algunas zonas; reconfiguración productiva en otras; y en la mayoría de los casos ajustes en las técnicas de riego (no sólo mediante la implementación de sistemas presurizados), permitieron a productores forrajeros del Sur de Mendoza mantener aceptables rindes en sus cultivos de alfalfa y aprovechar la firmeza de precios en un mercado sub abastecido por la sequía que afectó a gran parte del país.

Ésta es -resumida al extremo- la lectura del desempeño del sector que hace el ingeniero zootecnista Adrián Orozco, coordinador del Proyecto local de Producción de Proteína Animal en el Oasis, una iniciativa que se enmarca en la Plataforma de Innovación Tecnológica del INTA, focalizada en la cuenca de los ríos Atuel y Diamante.

Orozco, referente en producción de forraje bajo riego de la Estación Experimental Rama Caída (San Rafael) del organismo nacional, subrayó que «ha sido un buen año para los productores de alfalfa de los oasis de Mendoza, asociado (lamentablemente) a la seca brutal que ha tenido la Pampa Húmeda, que ha sido una aspiradora de rollos».


TENDENCIA. Sigue la reconversión de cultivos plurianuales hacia la producción de forrajes. No sólo en el Sur, sino en otros oasis de Mendoza, como el Valle de Uco y el Este. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

ADMINISTRACIÓN DEL AGUA

El diálogo con Campo Andino, apuntó que «a pesar de las restricciones en la disponibilidad de agua en Mendoza, los rendimientos han estado dentro de los parámetros lógicos, considerando la oferta hídrica que tenemos».

De todos modos, admitió que «preocupa la escasez de agua, pero hay diferentes situaciones según la zona». Sugiere poner el ojo en algunos casos de administración del recurso hídrico tranqueras afuera y, por otra parte, en la incorporación de alguna tecnología para optimizar el uso del agua dentro del establecimiento, siempre dentro del oasis irrigado de San Rafael.

Por ejemplo, «el distrito Malvinas ha tenido un nuevo impulso a partir del trabajo que está haciendo la Inspección del Canal Perrone, que me parece sobresaliente», dijo. Apuntó, en ese sentido, que «están trabajando con cuenta de agua, riego acordado, ahorro, entrega de refuerzo…».

Eso ha permitido «por un lado, volver a realizar algunas siembras de alfalfa en otoño-invierno, que en la cuenca del río Atuel se habían ido perdiendo porque las cortas (anuales de agua, para limpieza de cauces) eran muy tempranas, y recién sobre la primavera el productor podía tener la certeza de disponer de agua para regar».

Según el especialista del INTA, la situación ha mejorado debido al criterio aplicado para administrar el agua. Al punto que, «en esa zona, además de alfalfa, hay quienes han vuelto a producir hortalizas, y los que siembran maíz están en condiciones de hacer cultivos de cobertura».

«Los que no hacen cultivos de cobertura -señaló el ingeniero Orozco- están ahorrando el agua en invierno para tenerla disponible en el período crítico del maíz, que es en la etapa de floración».

ADRIÁN OROZCO. El referente del INTA en producción de forraje bajo riego, dijo a Campo Andino que el cultivo de alfalfa en la zona de San Rafael, se ha mantenido en lento crecimiento durante los últimos años. Aunque por momentos ha tenido alguna aceleración, debido a la irrupción de inversiones de cierta envergadura. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

RECONFIGURACIÓN PRODUCTIVA

Hay otras zonas que «están un poco más complicadas en cuanto a la oferta de agua». En algunas de ellas, «el productor no se achica en superficie, y prefiere pagarlo con algo menos de rendimiento».

Apuntó que «en otras, como en La Llave (donde los suelos son complicados, por lo arenosos), algunos productores que hacen recría bovina han optado por una reconfiguración de la matriz forrajera». Por ejemplo, «han dejado de producir maíz, sembraron alfalfa y compran el silo».

Por otra parte, «en Soitué, (que junto con Jaime Prats y, más abajo, Colonia Española, son de las zonas más complicadas en San Rafael), lo que han hecho -salvo alguna excepción- es achicarse en superficie y meter más agua en los perfiles, lo que ayuda a lavar los suelos». En estos riegos de lixiviación, «hay mucho manejo técnico, que ha permitido mejorar los rendimientos en áreas que son bastante complejas», explicó el profesional.

En cuanto al riego del cultivo en sí, de la mano del ingreso de empresas más capitalizadas, viene en marcha un proceso de tecnificación. «Empezando por nivelaciones y la adopción de algún procedimiento distinto para optimizar el riego gravitacional, pero también mediante la incorporación de sistemas presurizados, por pivotes, como en la zona de Soitué, Jaime Prats, Real del Padre, Colonia Elena…», señaló.

Pero lo que prevalece es el riego gravitacional, a manto. Lo cierto es que, «siempre en un contexto de escasez de agua -aclaró Orozco-, el escenario se presenta un poco mejor que otros años».


INVERSIONES. Hay un proceso de tecnificación del cultivo de forrajes en Mendoza. Mediante nivelaciones y otros procedimientos para optimizar el riego gravitacional, pero también incorporando sistemas presurizados. FOTO / Revista Campo Andino & Agroindustria.

MUY FIRME LA DEMANDA

Estos recursos, independientemente de que el agua no abunda y en algunas zonas los suelos no acompañan, han venido sirviendo de apoyatura a la expansión de la actividad, alentada por las condiciones favorables del mercado.

Es que «el rollo de alfalfa tiene un pico de precio muy fuerte, debido al ciclo de sequía que afectó a todas las zonas productivas del país, y que no ha terminado de revertirse», señaló el referente del INTA Rama Caída.

Como la demanda creció notablemente, «el precio de un rollo de entre 340 y 380 kilos está en 12.000 a 15.000 pesos (estamos hablando de entre $ 35 y $ 40, o más, el kilo de pasto)», indicó. Cuando conversábamos con Orozco, el fin de semana, daba referencia que en Río Cuarto (Córdoba) estaba más barato el maíz que el rollo de alfalfa (a pesar que el maíz está «un poco caro»).

Lo cierto es que esta circunstancia ha dado un empujón adicional al sector, por lo que ha crecido el área cultivada con alfalfa. Los protagonistas son «algunas empresas que se han expandido a 100; 150 o más hectáreas» (lo cual es una superficie muy importante para estos oasis irrigados, enclavados entre la Cordillera y el secano semiárido), pero «también por la suma de inversiones de numerosos productores de menor escala, que siguen sembrando», explicó el ingeniero Orozco.

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LOS RINDES DE ALFALFA

Sobre los rendimientos de la alfalfa en la zona, «por lo que he estado conversando con algunos productores -dijo- están sacando, como valores normales, entre 30 y 35… y tal vez hasta 40 rollos (de unos 350 kg cada uno) por hectárea y por año», lo que equivale a «unos 10.000 a 12.000 kg de materia seca». Esto, «como promedio general, en toda la zona, con la oferta de agua que tenemos ahora».

Esas 12 a 15 t/ms/ha sería la producción total lograda con 5 cortes (en un año normal), en una parcela de alfalfa de 2 ó 3 años de implantada. «Este año quizás estemos más cerca de 6 cortes -estimó- porque todavía no había helado».  Por eso «se estaba haciendo algo de rollo en mayo, lo que normalmente no ocurre».

EVOLUCIÓN DEL SECTOR

El investigador y extensionista del INTA señaló que el cultivo de alfalfa en la zona, durante los últimos años, se ha mantenido en crecimiento. A ritmo lento, aunque por momentos, ha tenido alguna aceleración, debido a la irrupción de inversiones de cierta envergadura.

«Sí creo que hubo un salto muy notorio en cuanto a superficie, en el cultivo de maíz para ensilar» dijo. Eso ocurrió «hace 4 ó 5 años, y desde hace un par de años se ha estabilizado una tendencia de cierto crecimiento (no a esa tasa que significó un despegue en su momento), pero siempre en positivo».

El profesional se lamenta por no poder compartir (porque no las hay) estadísticas claras de superficie sembrada. En realidad, siempre hay algún dato, pero suelen ser algo confusos. «Pero, por lo que uno puede ver en la calle, aparece un lote acá, otro allá… Productores hortícolas ingresados a la ganadería, inclusive de otras zonas de la provincia, dentro de un proceso de rotación de maíz y ajo, por ejemplo. Entonces, sin tener el número, sí tengo claro que ha crecido el cultivo de maíz para silo», aseguró el ingeniero Adrián Orozco.

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